Recordando a Veco

Así recordaba el Gringo Perasso a su amigo Veco algunos años atrás. Al cumplirse un nuevo año de su partida, compartimos aquellas líneas con todos.

Estábamos a fines del año 1970 y  después de 22 años SIC había vuelto a lograr  el Campeonato de Primera División UAR.- 

Horacio De Martini coach de ese equipo, que por razones personales no podía continuar a cargo, me invitó a colaborar como entrenador y a organizar todo lo que tenía que ver con la actividad del team.- 

Conversamos con los jugadores más experimentados y prestigiosos y de ellos nació la propuesta de invitar a Veco a colaborar con el equipo.-

Yo prácticamente no lo conocía, pero tenía las mejores referencias y el antecedente de  que tras el fallecimiento de Francisco Ocampo había colaborado en alguna oportunidad con nuestra primera división.-

Ese  fue el kick off de una amistad que surgió a partir del juego y que con el transcurso del tiempo fue creciendo hasta ese domingo 12 de junio de 1988 en que el destino le puso punto final.- 

Solía decir Miguel Iglesias que el Rugby no es un deporte que uno se junta con sus amigos para jugarlo, sino que es un juego en el que uno, por el solo hecho de acercarse a él dadas sus especiales características conoce gente y cosecha amigos dentro de la particular e inigualable atmósfera que necesariamente crea.- 

Y eso fue lo que exactamente que ocurrió con Veco.-

 A través del tiempo fuimos construyendo una relación que tuvo como eje central nuestra pasión  por el Rugby y que progresivamente se fue consolidando y creciendo hasta llegar a ser verdaderos amigos.-

Durante todos esos años y pese a las dificultades existentes (Entel mediante) nos dimos maña para hablar por teléfono prácticamente a diario de todo lo que tenía relación con nuestra locura común: SIC, Liceo Militar, Los Pumas…en fin todo lo que tenía que ver con el Rugby.-

A través de todo esos años vivimos la atrapante aventura del juego junto al fantástico grupo que durante esos años conformó la Primera División de SIC, el que pese a ir paulatinamente renovándose tuvo la virtud de conservar el enfoque y las tradiciones que los capitanes y los jugadores veteranos fueron trasmitiendo con el ejemplo a los jóvenes que se iban sumando al plantel.-

Compartimos fantásticos momentos, éxitos y fracasos, alegrías, tristezas y también cosas  no tan, pero siempre lo hicimos disfrutando  del recorrido del camino y tratando de tomar  las lecciones y experiencias que el juego brinda constantemente.-

Quedan en mis recuerdos las 18 temporadas de SIC, las inolvidables giras al exterior de 1972, 1973, 1980, 1986, los más que difíciles y memorables desafíos que significaron los partidos con los Seleccionados de Francia, Rumania, Fidji, Inglaterra y Australia, los partidos contra Seleccionados Provinciales extranjeros y Clubes de primer orden.-

También tuvimos el honor de que Pomi  nos invitara a colaborar con el Seleccionado Nacional, y así lo hicimos en 1974 junto con el recordado Francés Merelle y mas tarde también en 1976 en la Gira por Gales e Inglaterra y los partidos con Nueva Zelanda y en 1977 en los test matches con Francia.-

Fueron 18 años en que vivimos a full la apasionante aventura del Rugby compartiendo el trayecto junto a fantásticos jugadores, comprometidos capitanes y valiosos compañeros de ruta como Horacio De Martini y Juanjo Barceló.-

¿Qué es puedo decir de Veco y de la enriquecedora experiencia que viví junto a él en apretada síntesis?

En primer y principal lugar que fue un cabal HOMBRE DE RUGBY, tal como a él le gustaba decir y que DISFRUTÓ al máximo de todo lo que hace al juego, su entorno y el espíritu que lo anima.- 

Fue un modelo de maestro y coach, que poseía un poder de concentración inigualable.-

La palabra era su fuerte, su mensaje  era claro, diáfano y a la vez profundo y comprensible para todos.- 

Fue un gran motivador a partir de su conocimiento del juego, su  compromiso y su natural liderazgo que producto de sus virtudes destilaba cuando hablaba o dirigía una práctica.- 

Parecía encarnar la voz del Rugby  y sumaba a ello el hacer sentir a todos en charlas, prácticas  y reuniones, que en ese momento el Rugby y lo que estaba ocurriendo en ese lugar era lo más importante de nuestra vida y tal como le oí decir a alguien: el centro mismo del universo.-.

Disfrutaba y se comprometía conversando sobre el Rugby tanto con un principiante, un lego o un jugador o personaje importante y lo remarcable era que natural y espontáneamente prodigaba a todos similar atención.-

Era una persona con un enorme compromiso ético, firme pero a la vez reflexiva, pues tenía la virtud de escuchar y si encontraba mejores razones no tenía empacho en cambiar de opinión.-

Nunca perdía la noción de la realidad, sabía medir y valorar a la gente y mas allá de su aspecto formal, poseía un fino sentido del humor, del mismo modo que repudiaba la informalidad,  las groserías  y la mala educación que como decía nunca podían transformar lo estúpido en gracioso.-

Era poseedor de un enorme poder de síntesis y en ese sentido recuerdo que no eran necesarias  largas reuniones para tomar o acordar decisiones, pues generalmente ellas eran el producto de haber planteado correctamente la cuestión y masticado y digerido los temas durante días o semanas lo que generalmente hacía que las decisiones surgieran casi espontáneamente y por su propio peso.

Recuerdo que la primera vez que colaboramos con el Seleccionado Nacional nos llevo menos un viaje en auto del centro de Buenos Aires a SIC acordar la lista de convocados.

A través de esos años en SIC y en el Seleccionado Nacional  formamos parte de un grupo pequeño  y homogéneo en el que las coincidencias surgían rápidamente en razón de que “el juego” era siempre el que mandaba y el fundamento de todas las  decisiones.-

Más allá de ser un “personaje reconocido” en el mundo del Rugby era una persona común y corriente, con enormes virtudes pero también con debilidades que aunque mínimas hacían a su condición humana.-

Es destacable de que a pesar de su enorme grado de compromiso con el juego, con las implicancias  de tiempo que ello le representó,  estudió y se recibió de Ingeniero, trabajó, formó una excelente familia, tuvo hijos y siempre cumplió con todos sus deberes y compromisos, haciendo realidad  aquello de organizar la vida dando a cada secuencia de tiempo el destino adecuado.-

Tenía la virtud de prestar atención a los demás y capitalizar experiencias y esta fue la razón de que fuera evolucionando con el tiempo en su forma de ser y de apreciar las cosas y en ese sentido no dudo que su esposa Maricha, jugó un papel más que importante.-

Puedo decir que disfrute al mango del trayecto que compartimos en el Rugby y en la vida y asegurar, que pese a la seriedad del enfoque con que asumíamos todo lo atinente al juego, nos divertimos y mucho, pues sabíamos buscar, aún en los momentos de mayores dificultades  las aristas graciosas de cualquier situación y a menudo nos reíamos de nosotros mismos y de las complicaciones en que solíamos meternos.-

Tuvimos con Veco un enorme grado de empatía, producto seguramente de los muchos momentos de ansiedad y stress que vivimos juntos y aunque puede resultar poco menos que increíble, pasado un tiempo del accidente caí en cuenta que de manera inconsciente en los días previos ambos actuamos como si hubiéramos presentido lo que iba a ocurrir.- 

A 25 años vista está claro que su desaparición fue una pérdida irreparable para sus hijos, hermanos, amigos y el Rugby todo,  y por otra parte que su aporte al juego del Rugby continua y seguramente continuará vigente, que sus hijos cuya educación y destino siempre le preocupo, han crecido y se han formado como personas de bien y que la cara trágica de la vida más allá de lo triste que puede resultar nos hace ver las cosas con claridad, valorar debidamente a las personas y vivir experiencias que enriquecen la condición humana.-  

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