Nuestra Historia

De dónde venimos

San Isidro Club fue fundado por un grupo de personas que pertenecían al Club Atlético de San Isidro (CASI). Eran destacados jugadores de rugby de su Primera División y algunos dirigentes, a los que se les sumó una gran cantidad de gente que se solidarizó con la causa. Entre ellos había jugadores del mismo club que integraban otros planteles y divisiones juveniles, pero también amigos y familias enteras que entregaron todo su apoyo.

Desde el comienzo de 1935, con la asunción de Julio César Urien como presidente del CASI, existía un generalizado malestar entre la gente de rugby y la Comisión Directiva. A diferencia de otras temporadas, los jugadores no habían tenido participación alguna en la elección del titular de la subcomisión de su deporte. Este hecho puntual se sumaba a la difícil convivencia con los directivos y con los otros socios que practicaban distintos deportes en ese club.

Con este panorama de descontento y de diferencias, transcurrió el Torneo Oficial de Rugby de 1935. El domingo 14 de julio, por la 12* fecha del campeonato (la primera de los desquites) se enfrentaría el poderoso CASI, bicampeón que iba al tope de las posiciones con dos puntos de diferencia, contra su escolta Gimnasia y Esgrima, en la cancha de San Isidro.

Había una gran expectativa y los titulares de los diarios anunciaban un gran partido de rugby. El equipo del CASI contó aquella tarde con: R. Abelleyra, R Green, Emilio Cilley, C. Vidal Molina y J. Lavenas, S. Schmitt y A. Guido Lavalle, A. Rodríguez Jurado, E. Groteschi, E. Stewart, A. Stewart y H Savino. El resultado finalmente favoreció por 9 a 3 al equipo visitante, Y Juan Lavenas marcó el único try de los sanisidrenses.

Aquel tercer tiempo y nuestro nacimiento

Cerca de las 21.30, con las instalaciones desoladas, a uno de los comensales uno de los invitados ocasionales se le volcó una copa de vino sobre el pantalón. Para no seguir comiendo en esas condiciones, se quitó la prenda. Acto seguido, Jorge “El Francés” Conrad, uno de los integrantes del primer equipo sanisidrense, propuso solidarizarse recordando su nación de origen. Como ese día era el aniversario de la Toma de la Bastilla, Conrad habría expresado: “Nosotros somos como los sansculottes…”, en referencia al influyente grupo revolucionario de 1789, y también se quedó en calzoncillos. Varios de sus compañeros lo siguieron, y todos continuaron sentados a la mesa.

Sanciones por actos indebidos. Esta escena fue observada por un socio ajeno al rugby (Marcelo Tomé), que le informó a la comisión directiva lo que había visto. El martes 16 por la noche, se reunió la CD del CASI y tomó la siguiente resolución:

1) La suspensión de los jugadores de San Isidro concurrentes a la comida por el término de uno y dos años. Estas penas eran las más graves que se registraban en este deporte. Los castigados fueron: A. Rodríguez Jurado, J. Stewart, J. Lavenás, A. Stewart, Jorge Cilley, Basil Mahjoubian, Alfredo Stewart, Félix Lonné, Juan Harrington, Juan C. Lonné y Horacio Castro Videla. (N. de la R.: al momento de la sanción, Alfredo Stewart, Jorge Cilley y Juan C. Lonné estaban imposibilitados de jugar por un accidente de rugby).

2) Enviar una nota a Gimnasia, a la Unión de Rugby y a CUBA, comunicándoles la asistencia de los invitados especiales a ese encuentro.

Negociaciones infructosas. Recibidos los castigos tres ejemplares de estas cartas están en un cuadro en el SIC, Jorge Stewart, David Millar como síndico y Luis Cilley intentaron acercarse para dialogar con la CD, para transmitir la postura de los jugadores sancionados. Estos no pedían el levantamiento de la pena, sino que fueran autorizados para entrenarse dos horas los jueves y disputar los partidos reglamentarios. Acataban la sanción y se abstenían de concurrir, por los plazos de las suspensiones, al sector social de la institución. Unicamente deseaban seguir jugando.

Sin embargo, las autoridades no atendieron esta solicitud como otras propuestas y la relación, que ya era tirante, se quebró. Primero renunció como miembro de la subcomisión de rugby, el Sr. Stanfield, y copiaron la actitud Luis Cilley (capitán de tercera división C) y el resto de los capitanes: De Abelleyra (primera división), Roberto Canzio (segunda división), César Costa (tercera división A), Adolfo Basso (cuarta división A), Mario Dolan (cuarta división B). El capitán de la tercera división B no renunció. La situación se agravó, porque encolumnados detrás de sus líderes unos 70 jugadores del club se solidarizaron y también se abstuvieron de jugar.

Una comitiva compuesta por los ex jugadores Roberto Madero, José M. de la Barrera, Vicente Ortuño González, Irineo Zocca y Oscar Meana buscó llegar a una conciliación (hasta se propuso reducir las penas de dos años a 90 días, y las de un año, a 60 días). Las reuniones y la búsqueda de un acercamiento para llegar a una solución fueron varias, por cierto, no acompañadas por el presidente, hasta que, agotadas todas las instancias. Al no entablarse un diálogo claro y directo, los vínculos no pudieron ser reestablecidos. No hubo reconciliación posible.

A partir de allí, se presentaron dos listas para las elecciones siguientes. Una encabezada por Urien, la otra -la de los jugadores- por José María Pirán. Al ganar la del primero, los derrotados tomaron la decisión de abandonar el club y fundar uno nuevo.

Mucha gente acompañó esa posición y así, junto a centenares de mujeres y varones, se fundó nuestro San Isidro Club, cuyo primer presidente fue el recordado José María “Pepino” Pirán. La Quinta Pueyrredon se convirtió por un tiempo  en nuestra primera sede. En 1939 pudimos adquirir la parte inicial del inmueble de la calle Blanco Encalada.

Así fueron nuestros primeros años. Luego con el trabajo, el compromiso y la dedicación de muchos -los visibles y los invisibles-, el SIC ha recorrido un largo y apasionante camino.

Comisión Directiva

Miembros

PRESIDENTE Brian Anthony
VICEPRESIDENTE Paula Hualde
SECRETARIO Diego Pasman
TESORERO German Cilley
VOCALES:

Eduardo Oderigo
Gonzalo Longo
Diego Ramallo
Eduardo Meyrelles
Sebastián Marcelo Serra
Rafael Rivero Ayerza

REVISORES DE CUENTAS:
Gonzalo Gassó
Gonzalo Madero